La alimentación durante el primer año de vida es fundamental, ya que repercute en el crecimiento y desarrollo de ese niño y además contribuye a formar sus hábitos alimentarios desde una etapa temprana. Hasta los seis meses de vida extrauterina el bebé toma leche, ya sea de su madre o de las llamadas fórmulas infantiles.
Pero a partir de dicha edad, comienza el período que llamamos de “Ablactación” que es el momento en el cual se comienzan a introducir alimentos semi-sólidos, es decir que paralelamente al consumo de leche, se le van agregando diversos alimentos, durante los seis meses restantes, las llamadas primeras papillas, que van progresando y cambiando (cada semana de cada mes se van incorporando alimentos en base a las recomendaciones de la nutricionista) y así llegamos al año de vida, tanto con la leche como con estos alimentos semi-sólidos.
A partir del año el niño ya puede comer prácticamente todo lo que come el resto de la familia, pero hay dos puntos a tener en cuenta: los picantes, los embutidos, los fritos, las hamburguesas, ciertos alimentos que a ese niño en particular le pueden producir alguna alergia, etc, no van a formar parte de sus comidas diarias. El otro punto es que, si esa familia consume demasiadas calorías, pero en base a alimentos poco nutritivos, es preferible que el niño mantenga una alimentación saludable y el resto de la familia vaya modificando sus malos hábitos y no que sea al revés. No es cuestión de que el niño estará a dieta sino simplemente que debe ser provisto de alimentos saludables y que aquellos que no lo son tanto, pueden estar presentes en forma eventual.
La buena alimentación es uno de los pilares más importantes que debe tener en cuenta la familia, es una prioridad y un derecho del niño.
Durante toda la infancia el tipo de alimento, calidad, cantidad y forma de preparación constituyen factores sumamente importantes. Tanto bebés como niños deben recibir una adecuada nutrición que no se basa simplemente en proveer calorías y aumentar de peso sino más bien brindar alimentos nutritivos.
También es fundamental el manejo de los mismos (higiene alimentaria) a fin de prevenir enfermedades que pueden ser muy peligrosas en esta etapa (síndrome urémico hemolítico, parasitosis crónicas y otras).
Veamos algunos ejemplos de higiene alimentaria:
- Formas de preparación y cocción: una sobrecocción modifica el sabor y quita valor nutritivo
- Higiene en la manipulación: para toda la familia, pero fundamentalmente para ese bebé que recién está incorporando por primera vez en su vida los alimentos y para ese niño que sobre todo al ser menor de 5 años es más propenso a contraer enfermedades gravísimas que pueden prevenirse.
- Conservación: otro punto importantísimo en esta etapa. La cadena de frío de los lácteos es fundamental, asimismo de muchos otros productos frescos.
- Valor nutritivo: calidad y cantidad.
- Textura, sabor, aromas: no menos importante que todo lo anterior. Los bebés y niños tienen preferencias, es importante respetarlas, pero también es importante ayudarlos a ampliar su abanico de opciones.
Y siempre surgen inquietudes ya que a las mamás les preocupan los temas tales como: Hay que agregar sal? Azúcar? Es lo mismo manteca que margarina, crema o aceite? Qué cantidad preparo? Debo insistir si no quiere comer? Cuál es la primera comida que le debo dar?
Por Lic. Sonia Di Marino. Nutricionista